sábado, 1 de noviembre de 2008

25, el número de la suerte (?)

hemos crucificado a Jesús, aun sin creer en él. siempre que nos miramos en algún espejo cerca del sol, encontramos muchachos dispuestos a suicidarse.
los posibles pasados están al acecho, lunáticos, intrépidos. es verdad: alguna vez hemos pensado en el futuro. pero todo eso es tiempo y el tiempo, amigo mío, es dinero.
de lado a lado contamos los números de los cadáveres que se hacinaron en el fondo de la memoria...las penas fueron remediadas con un grito de gol.
la épica nacional que nos hizo sentir bien...
de qué hablamos cuando hablamos de posibles pasados?
tu gritarías por mi, sentirías el helado clamor del grito burgués en tus venas si yo me recistirera ontologimanete a su proclamación?
durante éstos años, 25 para ser precisos, dimos vueltas en el mismo círculo propuesto por la filosofía kantiana: no dimos, jamás, con nuestra ontología colectiva. porque tal vez no existe.
la invención del ser en la escuela así lo demuestra.
hablamos de democracia y creemos hablar de nosotros. sin embargo, sólo mencionamos algo que nos es ajeno.
actos. así reducimos al hombre posmoderno.
amor: una palabra insignificante.
la totalidad es política, pero está vacía...

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