lunes, 26 de noviembre de 2007

LAS CARAS DE LA POLÍTCA



Los peronistas no son ingenuos, son peronistas.

"El justicialismo es un socialismo nacional cristiano..."

"No hay que dramatizar sobre las divergencias dentro del movimiento..."

"Yo no entiendo una juventud que no sea revolucionaria..."

No son verdades peronistas. Es Perón. La cohesión partidaria discurre entre la verba altisonante y la ambigüedad ideológica, aun cuando el General defina al movimiento.

El mérito verbal no se estanca en las tibias letras del pasado. El kirchenrismo ha sabido capitalizar la posibilidad del discurso, seduciendo a universitarios "incautos". La canalla modestia del decir en la significación el "no somos buenos, sino que los anteriores fueron demasiado malos". Un conformismo pornográfico que se transfigura (casi históricamente) en paradigma de algo que en la construcción cognitiva del hacer mediático es llamado nueva política.

Vivimos de comparaciones y con ello hacemos política, casi como una forma ontológica del ser Nacional.

Claro que nada sobre lucha de clases.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

EDUCAR AL SOBERANO

Frente a la educación la mirad histórica resulta ser, casi siempre, circunstancial, pero resulta que lo circunstancial no es resuelto y agrega un problema más a una crisis, que bien podemos tildar de histórica.
Frente a un ministerio los nombres suenan altisonantes como "circunstancias" de cambio que omiten, en su retórica académica, atender a las circunstancias de la crisis. Juan Carlos Tedesco asumirá el rol protagónico en el reparto del diseño de políticas educativas del futuro gobierno de Cristina Kirchner: una figura progresista con buena imagen y mejor formación. Si embargo, parece ser que olvidamos que de la misma manera el gobierno de la provincia de Buenos Aires, designaba como ministra de educación a Adrian Puiggrós, con todo lo que ella y su apellido, representaban para el imaginario ideológico que pretendía transformar (radicalmente) el marco regulatorio de la educación en el país.
Adriana Puggrós termina sus días sancionando a viejos compañeros de lucha solo por el rol que ejerce. Y olvidó, no sólo, la solidaridad conbativa con sus compañeros docentes, sino sus ideas de lucha y transformación en la esfera.
La crisis en educación no se resuelve con la designación de nombres, nombres que a la hora señalada, deberán devolver favores y devoción debida.
Juan Carlos Tedesco es un progresista con ideas morales sobre la educación. No cambia la cuestión de fondo. En su conceptualización política de la educación confunde educación popular con educación de masas, y entiende que la educación "laica y gratuita" es una obligación ética del estado para con su pueblo, deslindando la funcionalidad ideológica de ésta sobre las operaciones subjetivas en la constitución del desarrollo del poder.
"Es obvio que hemos perdido el sistema público de educación de buena calidad. De igual modo extraviamos los altos niveles de homogeneidad y cohesión social que nos caracterizaban y cuya importancia tendíamos a subestimar"
La perspectiva de la pérdida de los Estados Nación y consiguiente desajuste social, en la constitución subjetiva, da pie para justificar el devenir de la escuela (selectiva) capitalista en la circunstancias de su propia crisis, evitando la discusión político-pedagógica.
El significante Educación ha sido vaciado de significado. Y esto sucedió en un proceso histórico que jamás concibió, en la fundamentación de la construcción del sistema educativo, una pedagogía proletaria, sino una ilustración burguesa.
Lo único que genera la educación de nuestros días es mano de obra calificada, según la demanda de un mercado laboral estrecho.
Sabido es que la demanda de educación por parte de todos los sectores y clases sociales se conforma a partir de imaginarios de progreso económico que nunca jamás se refleja en la realidad del día a día. Por eso la designación de este ambiguo personaje moral, al frente del ministerio de educación, implica una línea de continuidad que se ajustará a las demandas retóricas del gobierno entrante.
Todo esto nos asegura más educación para unos pocos...O más ilustración, que sería el concepto acertado.

lunes, 19 de noviembre de 2007

1; 2; 3...


Desde cuando los ambientalistas de Gualeguaychú son ambientalistas?
Qué es ser ambientalista?
Si se logra que Botnia se marche de la zona de conflicto, se irán también todos las empresas monopólicas extranjeras que manejan la economía del país?
Cómo puede haber distribución de la riqueza si vivimos bajo el dogma capitalista?
Qué cambia cuando nada cambia?

lunes, 12 de noviembre de 2007

LA CANCIÓN ES LA MISMA


¿Aborrecemos la muerte o la celebramos?
¿Suicidio?
Soy demasiado estúpido para vivir y demasiado cobarde para morir...
Tal vez el término medio sea el psicoanálisis...Ultimamente me permito desconfiar de Freud, sobre todo luego de una superficial lectura de Deleuze.
El mayor fraude: Cioran. Hijo de puta.

lunes, 5 de noviembre de 2007

DE-MO-CRACIA

El voto no es imanente a la democracia, sino al discurso que la habita. Supeditamos nuestra voluntad política a la fetichización del voto como toda posible praxis.
Para los argentinos la génesis ontológica de la democracia es la resultante, no de un devenir histórico, sino de una serie de acontecimientos desafortunados, que en su inebitabilidad, desembocan en la posibilidad verbal de lo democrático. Una posibilidad que es siempre moral, moral fundacional, a su vez, de la legalidad democrática simentada en la fundamentación ética de la libertad.
En la sitematización funcional del imperativo categórico "LIBERTAD" yace la moral capitalista, que estructuralmente muta para adaptar su política de fondo a la hoy mentada estructura política del mercado. (Tal vez el mercado surja como el no lugar para la realización del ser social, pero es el lugar pos moderno del capital, que sujeta la realización material del ser social).
La política en términos electorales (reducción impuesta por los agentes políticos-administrativos del sistema) nos desubjetiviza negándonos la posibilidad de no elegir aquello que desde una perspectiva capitalista se nos presenta como el artificio de la posibilidad.
El sistema no permite vuelta atrás y elimina cualquier potencialidad inmersa en el discurso de transformar algo. Las espectativas revolucionarias colapsaron en su misma esperanza artificial, sin poder eliminar la razón materialista del ser social.
Puede que el referente del ser social, en la sujeción de la libertad absoluta, sea una representación abstracta de un yo en estado ideal y que el ser social tal cual se presenta en el análisis de las realidades sea la contradicción espistemológica de aquel. En todo caso el poder habita no sólo al discurso que los contiene, sino a sus constituciones.
La democracia dejó de ser una posibilidad para ser una administración de bienes ajenos. No existe un cuestionamiento digno a la democracia capitalista. Existe la sumisión al deber cívico como deber ser.