la identidad política es una construcción de las circunstancias del presente intrínsecas al devenir del pasado. esa identidad es inseparable de la ideología, dado que será ésta quien defina el ser político y la acción de dicho ser.
la oposición carece de identidad política e igual que las entidades funcionales al gobierno, niegan sustancialmente su ideología, aunque sus actos, bastante "insustanciales" por cierto, definen la ideología que los precede.
un año electoral se nutre de efímeras alianzas, que en breves lapsos de tiempo, terminan por ser una anécdota mediática. lo posible es político en la medida que el voto permita adquirir una posición determinada en el contexto del eterno negocio.
hay que esconder el cadáver.
en su mística visión "lilita" carece de política. pulula de vereda en vereda construyendo absurdos contínuos, que en otros contextos algo más serios y respetuosos por el electorado temrinarían siendo un papelón.
el "lole" sin recato hace viejo peronismo (ese peronismo sin perón, mentado en la burocracia mediática) y rosquea, buscando una reivindicación elegíaca, sin peso específico, con demasiado brillo veraniego y fuga a cuestas. aunque ésta vez salir segundo no es tan mal resultado.
a veces el viejo decía cosas interesantes: "la política no se aprende, se comprende y solamente comprendiendola es posible realizarla racionalmente"
