el único drama potente de signo nacional se canaliza en el césped de una cancha, en la forzada resonancia del grito tribunero. la épica del ser nacional guarda su mayor registro, como tesoro inexpugnable, en las arcas del fútbol.
como otras tantas cosas el fútbol juego ha desaparecido. y eso, parece, importa poco, tanto en los medios como en los bares o en los lugares donde hoy se discuta la fecha de ayer.
el resultadismo mediático impuesto por el negocio hace que se hable más sobre táctica y estrategia que sobre juego en sí. lo fenomenal del fútbol es que resulta ser demasiado simple. y esa simplicidad se da de la sumatoria de inteligencia, garra y talento. es en esa simplicidad donde surge la idea panzereana de la dinámica impensada.
hoy se corre más de lo que se piensa.
las fechas son dignas de ser dormidas más que disfrutadas con el goce del espectáculo.
la pelota anda a los tumbos de área en área sin encontrar destino final de red.
por eso, aun cuando no esté en su plenitud física y entre en el juego de la camarita, Riquelme es un motivo para ver fútbol, uno de los pocos motivos que pueden sonar a justicia con el juego.
1 comentario:
No sabía que el blog del Comando tenía linkeado al blog de Horacio Pagani.
Washington
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