lunes, 26 de abril de 2010

MITOS

el sentido común lleva a pensar que la política, el sindicalismo y la militancia, están estrechamente vinculados con un sentido estricto de la moralidad. quienes rehuyen del compromiso social acumulan críticas infundadas que se sostienen en la falsa moral.
éste momento histórico no responde a las casualidades y si bien éste gobierno no es, desde el punto de vista ideal (punto de vista en el cual caemos o caímos luego de lecturas que nos llevaron lejos de la comprensión de la cuestión nacional), el peronismo del '45, es lo mejor que la política ofrece para recuperar los espacios que la oligarquía nos fue robando.
el escepticismo es bueno y dulce para la discusión de café o la trasnochada filosófica, pero es decadente para implicarse en la cuestión social que muta alrededor de mitos construídos para expulsar militantes del campo socio-político.
la leyenda nacional, creada y aplicada por una pedagogía de la dominación, desfavorece a los políticos y a los sindicalistas, sobre todo y más que todos, si ellos son peronistas. hay una construcción racional que va deconstruyendo la idea de la participación política, la idea de la lucha sindical.
a muchos éste momento histórico nos ayudó a comprender la irrupción revolucionaria del peronismo en la historia argentina. juzgábamos el presente desde la ausencia del pasado culpando al actor equivocado.
la crítica siempre fue fácil, sobre todo si mamá nos subsidiaba el escabio, entre otras cosas. pero algunos tuvimos la oportunidad de cambiar gracias a las puertas que éste modelo fue abriendo lentamente. maduramos intelectual e ideológicamente y asumimos las responsabilidad de la militancia, mientras otros, cómodos en el escepticismo que los justifica se fosilizan en la crítica vacía.

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