los legados históricos se terminan precarizando por acción u omisión.
mayo de 1968 está en la pre-historia?
hoy, al parecer, para muchos, de un lado o del otro aquello termina siendo un acto vacío entre tantos. un acto unidimensional y aislado dentro de la estructura de su propio contexto. y se vacía (lo vacían) aquellos que de verdad han visto y sentido cuan peligroso puede ser lo latente.
desde el sur (demasiado abajo) la percepción se diluye en la visión romántica del acto heroico, mediado por la reflexión sentimental.
cuando el claustro salió a la calle la teoría adquirió el significado científico del hacer para transformar, aun cuando en el inconsciente burgués de aquellos estudiantes, ello no implicara la toma del poder desde la perspectiva revolucionaria.
la militancia, esa militancia, no perdía su carácter pequeño burgués y adquiría una constitución ontológica que se fue diluyendo en las apreciaciones posteriores del ser y deber ser militante. el Yo salió a la calle consciente de sí mismo y su condición en el mundo. lo (ampliamente) objetivo, la condición objetiva del momento histórico, fue la propia subjetividad de los actores.
un amigo decía que ese pasado yace demasiado lejos para haber sido real. alguien se lo ha robado.
no es difícil entender que cuando el capitalismo, como sistema, vacía de contenido a la historia, ataca al plano ontológico del sujeto. es en éste contexto que hemos perdido la batalla. psicológicamente hemos abandonado toda posibilidad, lo latente se sume a la necesidad inmediata y se dispersa en un Yo difuso que se niega salir del claustro. o sale solo para formar parte de la funcionalidad mediática.
a la distancia, sin dudas, aquello valió la pena.
lástima que hoy no sepamos que significa todo aquello.
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