la irreverencia: nada parece sorprendernos, los irreverentes también fueron cooptados y eso no es tan grave como su extinción.
todos los años son nuevos, lo triste es que envejecen demasiado rápido.
sin dudas la lectura es la experiencia más vacía de las experiencias, sin embargo guarda un encanto sustancial que nos obliga a pensarnos todo el tiempo.
harold pinter resultaba un heredero de camus mucho más experimentado.
cioran, sartre, camus: solíamos hablar de ellos en inacabables caminatas por la ciudad. lo patético es la ficción, la representación forzada de nosotros mismos.
la atracción irreverente. en algún momento hemos jugado nuestro rol de bukowski.
rimbaud y kafka: nos han despedezado; nunca logramos rearmar el rompecabezas.
ya no hay demasiadas espectativas ni tantas felicidades.
contra la extinción: sin demasiada teoría, con los instintos domesticados, alfabetizados mediaticamente, resistimos.
en la representación nos enseñaron a estar aferrados al artificio. hemos aprehendido demasiado bien.
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