"a los autores de actos de violencia en los barrios de las grandes ciudades se los compara con los terroristas internacionales, movidos también únicamente por su identidad cultural y religiosa, es decir, por su pertenencia colectiva. Nuestros actos tienen razones, los de ellos sólo causas.
según pascal bruckner: "para poder mantenernos en el círculo de la razón (...) necesitamos a cualquier precio adjudicarle argumentos a los asesinos". O sea que, en realidad, ellos no tendrían argumentos, sólo pulsiones asesinas que los dirigen sin que se den cuenta. elie barnavi agrega: " ese tipo de terrorismo no logramos entenderlo, nos resulta radicalmente extraño". la fórmula debería ser invertida: es porque postulamos previamente que esos seres nos resultan completamente extraños - nosotros, libres, racionales, plenamente humanos; ellos decididos, irracionales, y por lo tanto incompletamente humanos que no logramos entenderlos (...) no es necesario evocar el islam ni el choque de civilizaciones para explicar por qué los afganos o los iraquíes resisten a las fuerzas militares en su territorio. ni hablar de antijudaismo o de antisemitismo para comprender las razones de los palestinos para no estar contentos con la ocupación israelí de sus tierras. ni citar versículos del corán para dar sentido a las reacciones de los libaneses que en 2006 resistieron a la destrucción de las infraestructuras de su país".
artículo aparecido en le monde diplomatique.
extraído de tzvetan todorov, el miedo a los bárbaros.
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