durante estos días el narcisismo norteamericano sedujo a la progresía nacional con la imagen, correctamente política, del nuevo presidente electo: la contienda burguesa se dirimió sobre la explotación de la condición racial como marketing de campaña. (una resolución capitalista altamente racista).
el contenido de la alegría local se cifra en esa imagen como representación de una posibilidad: el sueño americano, el progreso como capital absoluto del desarrollo. entonces ya no importan las condiciones globales de explotación, que impuso la vieja receta norteamericana, en pro del bienestar de su interioridad y en detrimento de las economías dependientes.
1) obama: ¿representa a la mayoría negra excluida y explotada o es un exponente fiel de las élites negras que se identifican con los modelos políticos económicos de la blanquedad dueña del capital?
2) el discurso victorioso de obama nos habló de la necesidad de reconstruir la nación imperial.
3) la progresía argentina vive en un permanente estado de adolescencia.
es necesario nihilizar la política para estructurar una conceptualización crítica del estado de situación y reflexionar sobre cuales son las acciones concretas que nos llevarían hacia una transformación radical del sistema. eso si no fuéramos argentinos y estuviéramos enamorados de hollywood.
por lo pronto nos queda festejar las victorias de otros como conformidad sustancial de nuestra endeble psicología social.
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